domingo, 8 de mayo de 2011

ROL DEL ENTRENADOR

JOOP ALBERDA (HOLANDA) - Campeón Olímpico Atlanta ‘96



“ Hacer las pequeñas cosas muy bien”



            Mirando hacia atrás, cuando yo comencé como entrenador, mi error fue el intentar complicar mucho el juego.  Ahora, le digo a los jugadores que expresen su calidad en la pista !

            El voleibol de clase mundial es realizar las cosas de todos los días muy bien.

            No hay secretos, nosotros no hacemos nada especial ni mágico !  Simplemente ejecutamos correctamente las cosas cotidianas. Y todas esas cosas van encajadas en el objetivo final del equipo.

            Hay tres factores en el trabajo del entrenador.

            Primero: Conocer el proceso para alcanzar su objetivo

            Segundo: Conocer el tipo de liderazgo e intervención necesario para alcanzar el objetivo.

            Tercero:  Creer  en los jugadores que ha elegido. Nunca les reproche el no haber implementado el plan que quería. En verdad, usted es el disparador, la llave del proceso para obtener el éxito en el rendimiento.  Todo aquello que un jugador haga correctamente en dirección a lo que se esperaba de él, tanto más podrás mentalmente congratularte de haberle elegido. Porque si eres responsable de sus actos, debes creer en tus jugadores.  El secreto del éxito a largo plazo es creer en los jugadores no creer solamente en nosotros mismos.

            En relación al impacto del entrenador en el rendimiento del equipo en juego, hay oportunidades en que no tengo influencia en ese rendimiento, simplemente porque el equipo está jugando fluidamente y con total suficiencia. El equipo ha alcanzado un buen balance entre tensión y relajación.

            Hay momentos en que se siente que se está perdiendo control sobre el juego del equipo o sobre los propios jugadores.

            Entre 1992 y 1996 me prometí que me enfadaría con el equipo una vez, solo una vez. Porque creo que si se está repetidamente enfadado con el  equipo, cuando más tarde sea necesario usarlo esto no causaría efecto en los jugadores. En los cuartos de final de los Juegos Olímpicos saqué mi mal genio una vez y puedo decir que ello ayudó en algo ...



JULIO VELAZCO (ITALIA) - Campeón del Mundo Atenas ‘94



“ Escucha el juego ...”



            Mi punto de vista es que los entrenadores deben simplificar el trabajo de los jugadores. A menudo sucede que los entrenadores jóvenes creen que los mejores equipos alcanzan el éxito porque se nutren de sofisticaciones, secretos y complejos entrenamientos técnicos y tácticos.

            Sin embargo, en realidad el mejor entrenador es aquel que hace las cosas mucho más simples. Uno debe seguir los dictados del juego.

            Los entrenadores-brujos o que creen “poseer la verdad”, simplemente no ayudan. El propio juego, más que nada o nadie le dictará como actuar.

            Siempre menciono un experimento hecho en U.S.A. con entrenadores de tenis.





            ¡ Por tanto, el mejor entrenador no es aquel detecta la mayor cantidad de problemas, errores, faltas, sino aquel que sabe detectar el error más importante y que es capaz de  evitar que el mismo se repita !

            Esto es sin lugar a dudas, el camino para el mejoramiento de un equipo. Sin embargo, la perfección no es el objetivo. El objetivo es derrotar al  oponente. El punto vital puede nacer en su cabeza mientras prepara el partido o durante el mismo.

            Cuando el entrenador se prepara para el partido, el primero paso es pensar en su estrategia. Luego debe calibrar el talante mental de sus equipo (muy nerviosos - muy calmos). Luego considerar el grado de “compromiso”  (importancia) tienen por el partido para los jugadores. Que tipo de entrenamiento han recibido ?  Donde está ubicado el equipo en el Torneo ? Están jugando-rindiendo bien ? Es una final ? El entrenador debe siempre responder a las necesidades del equipo !

            Un entrenador no puede decir : “Yo soy así, y no puedo hacer nada por ello”. No, el entrenador debe ser capaz de cambiar su carácter si su equipo claramente necesita de su cambio. Si un entrenador es nervioso y su equipo también lo es, debería hacerlo imposible para mostrar compostura y control, sobre todo cuando llegan los momentos cruciales.

            Acerca del problema táctico, que es el más importante durante el partido, ya hemos dicho que el entrenador no debe esperar la perfección de su equipo.

            El entrenador no debe decirle a sus jugadores: “ Venga, espero que vayan a por  todas y cada uno de los balones, bloqueen y defiendan todos los balones “. Esto es demasiado para los jugadores y virtualmente imposible de alcanzar. Por tanto el entrenador debe, por ejemplo, elegir las situaciones más importantes de bloqueo y defensa contra ese oponente. Debe preparar a su equipo para situaciones de emergencia, considerando y focalizando los puntos esenciales del juego, no todos y cada uno de los aspectos.

            Dar demasiada información es tan malo como no dar ninguna información. Esto confunde mucho a los jugadores. Empiezan a poner en duda su propia capacidad como jugadores al no poder procesar toda esa información . “Si no puedo cumplir con todos esos factores es porque no soy un buen jugador” Pierden su propia preparación mental, porque han sido convencidos que no pueden con todo lo que se les dice. Y el entrenador se equivoca si cree que si los jugadores no pueden saber todo lo que deberían, no pueden ganar el partido.

            Los jugadores saben que si hacen todo bien, ganarían el partido.  No necesitan un entrenador que les diga “ Si hacen todo bien, ganarán el partido”. Necesitan un entrenador convenciéndoles que “ Pese a que no puedan realizar esto o aquello, pueden ganar el partido lo mismo”. Por lo tanto es esencial elegir y focalizar los problemas tácticos esenciales, los cuales puedan ser recordados por los jugadores durante el partido, especialmente en situaciones de dificultad.

            Durante los tiempos muertos, los entrenadores no deben olvidar esos tópicos esenciales que han seleccionado. Pero además, debe seleccionar no más de uno o dos aspectos tácticos. “Bien, ahora presión defensiva en tal sector del campo, simplemente haz esto o aquello,”. Comentarios con los bloqueadores centrales en un tiempo muerto, con los defensores en otro, o porque no el segundo entrenador hablando de cuestiones defensivas por ejemplo. Estos son patrones ideales de tiempos muertos.  Cuando doy instrucciones individuales a algún jugador, esto es un tiempo muerto técnico: “Ve por este balón más frecuentemente, coloca este tipo de juego, prepárate más cuidadosamente para recibir porque están sacando muy duro, etc. ...” . También hay tiempos muertos psicológicos, y en estos casos se ayuda al equipo a adaptar una actitud más calma o más agresiva: “Ahora, chavales, estáis muy calmos, vayan y muéstrense más agresivos, los quiero ver con más determinación”.   Decidir por cual de estas opciones de tiempo muerto, depende de la situación y del diagnóstico del equipo.

            A menudo les digo a los entrenadores jóvenes: “ Un entrenador es como un médico.  El puede conocer todo acerca de medicina para curar las enfermedades. El problema es saber cual y donde está la enfermedad. No se puede hacer una cura relevante sin saber que es lo que el paciente está sufriendo.

Si la enfermedad está en una parte del cuerpo y se prescriben medicinas para otra, sin tener en cuenta cuan buena sea la medicina, esta no ayudará a solucionar el problema. Por lo tanto todo depende del diagnóstico que hagáis “.

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